Una inmersión sensorial Bauhaus en una propuesta gastronómica donde la precisión, la selección y la maduración se convierten en una auténtica alquimia de lujo.

Desde mi mirada profesional, y sobre todo desde mi paladar agradecido, puedo decir que este restaurante se posiciona como un referente indiscutible para quienes buscan una experiencia carnívora de altísimo nivel. Barcelona lo celebra, y yo también.

Los invito a leer más sobre LomoAlto & LomoBajo, explorar su carta y reservar una comida o cena deliciosa.

La alquimia de la maduración: el sello LomoAlto

Aquí el tiempo es ingrediente.
Ternera madurada 20 días.
Vaca vieja 30 y 120.
Buey… hasta 365 días.

Visité LomoAlto & LomoBajo con la idea clara de probar buena carne, y la verdad es que la experiencia superó lo que esperaba. Es un lugar que cuida el producto, lo trabaja con calma y ofrece una propuesta directa: carne de calidad, bien tratada y servida con atención.

Desde que llegas se nota que la especialidad de la casa es la maduración y el manejo de las brasas. Barcelona tiene muchos espacios gastronómicos, pero pocos que eleven la carne a la categoría de obra maestra.

Aquí se entiende que no es lo mismo comer carne de ternera, vaca vieja o buey, y esa narrativa se siente en cada bocado.

Una carta pensada para quienes buscan calidad, variedad y una experiencia flexible, desde algo informal hasta una cena especial. 

EL MENÚ LOMO ALTO

LomoAlto ofrece desde entrantes fríos clásicos, como jamón ibérico cortado a mano, ensaladas de temporada o burrata con higos y botarga, hasta preparaciones más originales y en entrantes calientes: verduras a la brasa o espárragos confitados.

En carne madura hay opciones para todos: desde piezas de ternera hasta vaca vieja, buey o razas selectas.

Puedes pedir cortes clásicos: solomillo de ternera, entrecot con salsa, bavette de vaca vieja, picaña, T-bone, rib-eye, e incluso especialidades como buey rubia gallega madurado.

La maduración de las carnes varía, desde ternera más joven hasta buey de maduración larga, garantizando distintos perfiles de sabor y textura según lo que busques.

MI EXPERIENCIA

Para comenzar, elegimos las croquetas de cecina de buey y las mollejas con habas finas confitadas y braseadas.

Las croquetas eran cremosas y sabrosas, pero como soy fan de las mollejas, debo decir que estas me encantaron, especialmente por la combinación con las cebollas caramelizadas. Nunca las había probado así y me sorprendieron mucho.

De principal elegí el solomillo de ternera a la brasa, acompañado de un cremoso de patatas con trufa, que en realidad es un puré muy suave. También me sorprendió, porque nunca lo había probado con un sabor a trufa tan marcado.

Para cerrar, baby piña con sirope de hinojo, un postre fresco que redondea la experiencia con un toque de sofisticación sin ser pesado.

Alternativas más informales: sándwiches, rolls y tapas

Si no buscas una comida formal, también está LomoBajo, la versión “casual” del lugar: ahí las carnes maduradas se sirven en rolls, hamburguesas o bocadillos, un giro moderno y cómodo que mezcla producto premium con formato urbano. 

Un menú diverso para distintos gustos,  no solo carne

Aunque la carne es la estrella, la carta también ofrece pescados, mariscos y opciones distintas: pulpo a la gallega a la brasa, carabinero, platos de cuchara o verduras de temporada asadas, para quienes prefieran alternativas variadas.